Conozco a Sara desde hace un par de años. Sé que le apasiona crear productos para el cuidado de la piel con ingredientes naturales e incluso había probado ya algunos de ellos, como las cremas faciales, repelentes de insectos, aceites y también el shampoo de canela en una ocasión. Sin embargo, no había tenido aún la oportunidad de asistir a uno de sus talleres de face-yoga hasta el mes pasado.
El taller de yoga facial acostados superó definitivamente mis expectativas. Al inicio yo estaba un poco escéptica y no sabía bien de lo que se trataba, pero una vez que comenzó el taller, Sara se encargó de resolver todas mis dudas, así como las de las de las otras asistentes. Fue entonces que entendí que los ejercicios que veríamos ese día me traerían más beneficios de lo que pensaba.
El taller estuvo muy lindo y relajante. Iniciamos presentándonos todas en un salón muy acogedor, había tapetes de yoga e incluso cobijas para recostarnos y sentirnos completamente cómodas. Nos acomodamos cada una con una cobija y, una vez que estuvimos todas las asistentes, Sara comenzó a explicarnos, paso por paso, varios ejercicios faciales que tienen la finalidad de crear una piel más firme, levantar los cachetes, relajar el semblante y también reducir las líneas de expresión del rostro, entre otros beneficios.
Yo por mi parte me divertí muchísimo con los ejercicios, puesto que veía mis caras en el espejo y los gestos de las demás compañeras intentando realizar los ejercicios. Fue una tarde de muchas risas y aprendizaje, ya que muchas de nosotras descubrimos músculos de la cara que no teníamos idea que podíamos mover de manera aislada, fue muy enriquecedor.
También aprovechamos los beneficios de un par de productos que utilizamos en el taller, como el tónico facial y el aceite de semilla de tuna que, junto con algunos de los masajes que aprendimos, convirtieron lo que inicialmente era un taller, en una tarde de apapacho físico y mental.
Si soy completamente honesta, admitiré que no he realizado las rutinas de face yoga al pie de la letra como Sara nos enseñó, pero sin duda me quedé con un par de ejercicios que he implementado en mi práctica diaria y se han vuelto parte de mi ritual nocturno antes de ir a dormir.
