En la búsqueda constante de alternativas naturales y respetuosas con el medio ambiente para repeler insectos, surge un enfoque innovador que combina la eficacia con la sostenibilidad: un repelente natural a base de alcohol y agua, enriquecido con extractos de lavanda, menta, citronela, romero, clavo y canela. Esta mezcla, no solo destaca por su capacidad para mantener a raya a los mosquitos y otros insectos, sino también por su agradable aroma y su carácter amigable con el entorno.

¿Cómo elaboramos el repelente?

Para la elaboración de este repelente, se adopta un proceso meticuloso que garantiza la máxima efectividad de los ingredientes. Las hierbas seleccionadas –lavanda, menta, citronela, romero, clavo y canela– son sumergidas en alcohol durante un período mínimo de seis meses. Este tiempo de maceración es crucial para que el alcohol absorba completamente los aceites esenciales y los aromas de las hierbas, creando un extracto potente y altamente repelente.

¿Cuáles son los beneficios de usar un repelente natural?

Los beneficios de optar por este repelente natural son múltiples. Su composición libre de químicos tóxicos lo convierte en una opción segura para toda la familia, incluidos niños y mascotas. Este enfoque respeta el equilibrio de los ecosistemas, evitando la contaminación que pueden causar los ingredientes sintéticos presentes en muchos repelentes convencionales.

Entre los componentes químicos preocupantes que se encuentran en algunos repelentes sintéticos están el DEET (N,N-Dietil-meta-toluamida), el Permetrina y el Picaridina.

  • DEET (N,N-Dietil-meta-toluamida): Aunque es muy efectivo, puede causar irritaciones cutáneas y otros efectos adversos en individuos sensibles.
  • Permetrina: Utilizada frecuentemente en repelentes para ropa, es tóxica para los organismos acuáticos y puede tener efectos nocivos en el medio ambiente.
  • Picaridina: Si bien es considerada segura, puede provocar irritación en ojos y piel en casos de exposición directa.

¿El repelente natural tiene desventajas?

A diferencia de los repelentes convencionales, que pueden contener compuestos químicos agresivos, esta alternativa natural ofrece una solución más suave y agradable para la piel y el olfato. Sin embargo, es importante mencionar que, debido a su naturaleza, este repelente necesita ser aplicado con más frecuencia que sus contrapartes sintéticas. Además, el uso de alcohol sobre la piel puede provocar deshidratación y resultar particularmente agresivo para aquellas personas con piel sensible. Para minimizar estos efectos, es recomendable aplicarlo manteniendo una distancia de unos 30 cm, asegurando así una dispersión uniforme y en pequeña cantidad, evitando la sobresaturación y el contacto directo excesivo.